Así, los responsables de ambas administraciones han coincidido en la conveniencia de crear una feria que sirva de escaparate a la industria agroalimentaria de Castilla-La Mancha, con la ambición de que se convierta en un gran evento que traspase las fronteras provinciales y llegue a tener influencia en el área del sureste español.
Este evento se realizará en el edificio más emblemático y singular de la ciudad: el Recinto Ferial, un escenario idóneo para esta iniciativa conjunta que trata de divulgar la excelencia y calidad de los productos de Castilla-La Mancha, como son los vinos de las nueve denominaciones de origen, el queso y cordero manchego, el azafrán o la miel, entre otros.
La idea es que los mejores cocineros de la región sean los que contribuyan a dar a conocer las bondades del sector agroalimentario regional con sus elaboraciones, llegando al último eslabón de la cadena agroalimentaria, el consumidor, que es finalmente el que toma la decisión de elegir y adquirir los productos que provienen de los agricultores y ganaderos de la comunidad.
Sobre la fecha de celebración, tanto el Ayuntamiento como la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, han barajado la posibilidad de desarrollar este evento en el mes de junio.
El sector agroalimentario de Castilla-La Mancha supone ya el 15 por ciento de la riqueza que se genera en la comunidad. Apostar por las 47 figuras de calidad existentes en Castilla-La Mancha y llegar al consumidor a través de la restauración, revierte positivamente en este impulso a una industria generadora de empleo y que contribuye a frenar el despoblamiento.
Con esta feria se buscaría dar un apoyo a este sector y, al mismo tiempo, también, a la actividad de la restauración y hostelería, una pieza fundamental en la marca comercial y turística de la ciudad de Albacete y de la región
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