S.D. Zamudio: Bariandaran; Larrazabal, De Egino, De Gregorio, Mikel Garmendia; Galdós (Imaz, 65), Huidobro; Alday (Iriarte, 76), Markel Lozano, Uriguen (Revuelta, 71); Luariz. B: Etxaniz, Azpillaga, Ander Garmendia. | ||||
Albacete Balompié: Tomeu Nadal; Arroyo, Gaffoor, Delgado, Galas; Rafa Gálvez, Dani; Josan (Carnicer, 77), Eloy Gila (Rovirola, 68), José Fran; Héctor Hernández (Aridane, 82). B: Mode, Héctor, Adri Gómez, Eizmendi. | ||||
GOLES: 0-1 (27): Josan. 0-2 (48): Héctor Hernández. 0-3 (67): José Fran. 0-4 (81): Arroyo. | ||||
ÁRBITRO: Álvarez Borbolla (Colegio cántabro). Tarjetas amarillas a De Egino, Larrazabal, Huidobro; Delgado, Gaffoor, Rovirola y Gálvez. | ||||
CAMPO: Gazituaga. 200 espectadores. | ||||
Zamudio /Carlos Ortiz. | ||||
Después del parón navideño no perdonó el Albacete Balompié y, tras dos partidos sin ganar, destrozó a un Zamudio al que pudo marcar muchos más goles. Los castellano-manchegos dieron un repaso futbolístico a los vascos, demostrando en Gazituaga porqué son el más serio candidato a encabezar el grupo y disputar con muchas opciones las eliminatorias de ascenso. En el primer partido de la segunda vuelta, la calidad de los jugadores albaceteños reflejó la diferencia existentente en la clasificación y el resultado fue del todo justo por el trabajo de unos y los errores de los otros. Los locales apenas tuvieron opciones y su competición es evidentemente otra para intentar un imposible, la más que difícil salvación. Con la ausencia por lesión de Manzano, José Manuel Aira recuperaba a Aridane, Delgado y Rafa Gálvez, éste último acompañado por Dani en el doble pivote. El técnico albaceteño, consciente de que visitaban al colista y el equipo más goleado del grupo, exigió a sus hombres para que buscaran el área rival desde los primeros compases. Por ello, el partido comenzó frenético, con los albaceteños siendo dueños del esférico en todo momento y empujando con fuerza. Por el contrario, los vizcaínos, que han mejorado futbolísticamente jornada tras jornada, no tenían otra que defenderse, aunque lo hacían con orden e intentando aprovechar los escasos contragolpes para buscar una sopresa como la que dieron contra el segundo clasificado, el Toledo. Mediado el periodo, el delantero centro Héctor Hernández ya había puesto a prueba en dos oportunidades a Ibon Bariandaran, ambas sin suerte. Y había provocado tres servicios desde la esquina, todos ellos repelidos sin problemas por la hasta entonces firme y contundente zaga local. La respuesta de los de Gorka Rueda, esos tímidos contraataques, apenas inquietaba a la defensa manchega, aunque sus centrales se vieron obligados a provocar sendas faltas y ambos fueron amonestados. Pero Tomeu Nadal respiraba muy tranquilo en su área, apenas intervinó, y sólo vio en este periodo un córner en su contra. Al filo de la media hora de juego llegaría el 0-1. Un error local en el centro del terreno del juego, el activo y rápido robaba el esférico y se marchaba como una exalación por la banda izquierda. Su perfecto centro al paralelo lo empujaría un desmarcado Josan a seis metros de la portería rival. Parecía que la lógica se iba a imponer y el líder forzó la máquina para cerrar cuanto antes del encuentro. Así se sucedieron las llegadas ante un Zamudio muy nervioso y fallón. José Fran, que cruzaría mucho el esférico, y Josán, en un remate de cabeza ligeramente alto y en un pase flojo cuando llegaban varios compañeros, pudieron volver a marcar. Eloy Gila tampoco encontraría el marco de Bariandaran y así se llegó al descanso. No pudo comenzar mejor la segunda mitad para el Albacete. Otra vez José Fran, muy listo por su banda, y otro error y una nueva asistencia significarían que Héctor Hernández sólo tuviera que remachar la pelota a las redes vascas para colocar un insalvable 0-2. Los locales se fueron desdibujando tras el nuevo mazazo, y ya sólo hubo un color, el vinotinto de los manchegos. Gorka Rueda intentó lo imposible con las sustituciones, pero su equipo era un manojo de nervios y enfrente tenía el conjunto más goleador del grupo. La pelota no salía del terreno vizcaíno y José Fran puso a prueba a Bariandaran cinco minutos antes de conseguir su merecido tanto. El líder no se sentía satisfecho y aún así perdonó un sinfín de ocasiones cuando el Zamudio ya había quemado sus naves y lanzado a un inconexo ataque. Lo que aprovechó el lateral Álvaro Arroyo para, en una llegada muy rápida, abrir la herida con un nuevo tanto ante el solitario y desesperado Bariandaran. El helador frío de la gélida noche vizcaína hizo que todos pidieran a gritos al colegiado que pitara el final, pero éste dio tres insufribles minutos en los que la pelota estuvo más tiempo fuera. OPINIÓN DE LOS LOS ENTRENADORES
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