Antonio Ferrera sufrió una cornada en la cara posterior del muslo izquierdo de unos diez centímetros con un ‘orificio de entrada de cinco centímetros’ de pronóstico menos grave cuando toreaba sobre la mano derecha al cuarto de la tarde. En el tramo final de la faena, en la que se encontraba toreando muy relajado y ceñido al toro, el de Santiago Domecq pegó un derrote seco que lo levantó infiriéndole el pitón por debajo del glúteo.
No quiso abandonar el ruedo el torero que tuvo los arrestos de estoquear al astado a pesar de que se encontraba muy mermado físicamente. Se fue a la enfermería por su propio pie a pesar de que era evidente la sangre que corría hasta el tobillo. Ya en la enfermería fue operado por el
doctor Masegosa y trasladado a la
clínica Santa Cristina donde evaluarán los siguientes procesos de recuperación.
El parte médico es el siguiente: "Herida por asta de toro en cara posterior del tercio medio proximal del muslo izquierdo, con orificio de entrada de cinco centímetros y una trayectoria ascendente de unos diez centímetros que afecta a los músculos glúteo mayor, recto interno y semimembranoso. Pronóstico menos grave".
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