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El Rey avisa al independentismo: “No es admisible despreciar los derechos de todos los españoles”.

Por Domingo Martínez
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domingo 25 de diciembre de 2016, 09:23h

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Un día después de la 'cumbre independentista' celebrada en el Parlament catalán, en la que partidos y representantes de la sociedad civil han defendido la celebración de un referéndum de autodeterminación, el monarca ha avisado de que "vulnerar las normas" que garantizan la democracia y la libertad de los españoles "solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad".

Símbolo de la unidad y permanencia del Estado, como le reconoce la Constitución española, Felipe VI ha afirmado que el progreso, la modernización y el bienestar "requieren siempre de una convivencia democrática basada en el respeto a la Ley, en una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir, de engrandecer y no de empequeñecer, de fortalecer y no de debilitar".

En opinión del Rey, "ahora es el momento de pensar en la España que queremos para las próximas décadas", en unos tiempos que no son para encerrarse en sí mismos, sino para abrirse al mundo; ni para distraerse en "fracturas" o "divisiones internas", sino para poner el acento en lo que une y profundizar en "una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas".

PIDE A PARTIDOS DIÁLOGO Y ENTENDIMIENTO

"Superado" el bloqueo político que impidió formar Gobierno durante casi un año y que llevó, por vez primera en la historia, a repetir unas elecciones generales, y ahora que la sociedad ha recuperado "serenidad", el Rey ha pedido a los partidos "diálogo" y "entendimiento" para "preservar e impulsar los consensos básicos para el mejor funcionamiento" del país.

Y eso exige, en opinión del monarca, un esfuerzo por parte de todos, no sólo de los políticos, para cuidar y mejorar la convivencia, para lo que se precisa respeto. "Respeto y consideración a los demás, a los mayores, entre hombres y mujeres, en los colegios, en el ámbito laboral; respeto al entorno natural que compartimos y que nos sustenta. Respeto y consideración también a las ideas distintas a las nuestras", ha enumerado.

"La intolerancia y la exclusión, la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena, no pueden caber en la España de hoy", ha abundado el jefe del Estado en el mensaje que ha dirigido a los ciudadanos desde su despacho en el Palacio de la Zarzuela.

ELOGIO AL ESFUERZO SERENO

No obstante, el monarca se ha mostrado "orgulloso" de las actitudes que ha visto en muchos compatriotas a los que ha visitado en este 2016 en diversos pueblos y ciudades. Gente con dificultades y problemas, pero también con "ganas de salir adelante".

"Trabajadores y profesionales, hombres y mujeres que, con su esfuerzo sereno, durante estos largos y difíciles años, sin desfallecer ni resignarse, sostienen con gran dignidad y coraje a sus familias, sus vidas y sus trabajos", ha añadido, reconociendo el "valor" que en la sociedad española tiene la familia, cuya ayuda "ha permitido a muchos sobrellevar los peores momentos".

"He visto también, en muchos compatriotas, la decisión de asumir riesgos para crear o defender puestos de trabajo, y el valor para levantarse y reemprender la tarea después de haber visto destruidas obras hechas con ilusión y gran sacrificio", ha abundado.

Por no citar los "innumerables ejemplos de solidaridad" de aquellos que realizan labores de voluntariado, la "vocación de servicio" de los servidores públicos, entre los que ha citado expresamente a los profesionales de la salud y a los profesores, así como a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, funcionarios del servicio exterior, científicos y representantes de la cultura española que, dentro y fuera del país, crean imagen de país y contribuyen a que el Estado funcione.

"Todo esto para mí y para todos nosotros, es un motivo para sentirnos auténticamente orgullosos; y también es una razón para la esperanza, porque una sociedad que mantenga estas actitudes, estas convicciones y estos valores no puede tenerle miedo al futuro", ha señalado.

"Estoy seguro de que nuestra memoria colectiva reservará un lugar de honor en la historia para estos tiempos de sacrificio y abnegación; pero también de generosidad y superación", ha aseverado el Rey, que ha iniciado su discurso con un recuerdo a "tantas familias que han sufrido las recientes inundaciones" en el este del país.

ESPERANZA EN LA RECUPERACIÓN

Felipe VI ha querido enviar también un mensaje de "esperanza" en la recuperación económica iniciada en España, que ha de consolidarse para que permita crear mucho más empleo y para que puedan corregirse las desigualdades que ha generado la crisis.

"Es muy importante para todos -ha subrayado-- que muchas familias puedan recuperar su nivel de vida y que nuestros jóvenes puedan tener oportunidades de futuro, de ilusión, de confianza; que sobre todo las personas más desfavorecidas, más vulnerables, tengan la certeza de que no se quedarán en la soledad del camino que España tiene que recorrer en el siglo XXI".

Un siglo XXI en el que la tecnología -ha reconocido- condiciona cada vez más la vida cotidiana de todos. Y en la adaptación a este nuevo mundo, el Rey ha otorgado un papel esencial a la educación que debe, en su opinión, formar en lenguas y en cultura, en civismo y en valores, pero también fomentar la investigación, la innovación, la creatividad y el espíritu emprendedor.

Para despedirse, el Rey ha insistido en que cree sinceramente en una España "consciente, solidaria, firme en sus valores, alejada del pesimismo, de la desilusión o el desencanto", en una España "decidida a superar las dificultades que, aunque grandes, son también vencibles". Como es ya tradición, ha cerrado su discurso deseando una Feliz Navidad en las lenguas cooficiales.

MENSAJE DESDE SU DESPACHO EN ZARZUELA

En su tercer Mensaje de Navidad desde que fue proclamado Rey, Felipe VI ha elegido su despacho de trabajo en el Palacio de la Zarzuela como escenario desde el que dirigir uno de sus discursos más personales del año, dado que es de los pocos textos que prepara él, y no el Gobierno, aunque éste conoce previamente su contenido.

Es la primera vez que el Rey Felipe graba el Mensaje de Navidad desde su despacho, que era el emplazamiento habitual escogido por su padre, el Rey Juan Carlos. En su estreno navideño en 2014, Felipe VI habló a los españoles desde una sala del Palacio de la Zarzuela, y en 2015, quiso realzar su mensaje sobre la "grandeza" de un país con tanta historia como España compartiendo sus reflexiones desde el Salón del Trono del Palacio Real, una novedad que suscitó opiniones encontradas.

Mientras algunos aplaudieron que el monarca mostrase con orgullo una de las estancias más representativas del Palacio Real, abierto todo el año a las visitas, algunas gratuitas, a otros les sorprendió y disgustó ver al monarca rodeado de ornamento y lujo cuando tantos españoles aún estaban sufriendo la crisis.

Este 2016, Felipe VI ha decidido hablar, como hacía su padre, desde su despacho de trabajo habitual. Según explican fuentes de la Casa del Rey, la elección se debe a que, en este año tan atípico para la actividad de la Familia Real como consecuencia de la interinidad del Gobierno, el grueso de la actividad del monarca se ha desarrollado en el Palacio de la Zarzuela, donde el jefe del Estado ha celebrado hasta cinco rondas de consultas con los partidos en busca de un candidato a la investidura como presidente del Gobierno.

Sentado delante del escritorio, el Rey se dirige a los españoles teniendo como fondo las banderas de España y de la Unión Europea. Con un Belén y una Flor de Pascua como elementos decorativos navideños, a lo largo de los 12 minutos que dura el mensaje, la imagen permite observar algunas fotografías familiares e institucionales que decoran el despacho del monarca.

Entre ellas, una instantánea de su proclamación como Rey de España, saludando junto al resto de la Familia Real a los ciudadanos desde el balcón del Palacio Real aquel 19 de junio de 2014; una imagen con su padre, el Rey Juan Carlos, el día en que el entonces Príncipe de Asturias juró la Constitución al alcanzar la mayoría de edad; otra fotografía de sus padres, Juan Carlos y Sofía, y una más reciente, del verano pasado, con su mujer, la Reina Letizia, e hijas en el Palacio de Marivent.

La grabación del Mensaje de Navidad muestra en algunas secuencias el retrato de Carlos III que luce en el despacho del Rey. Este monarca que practicó el despotismo ilustrado es uno de los favoritos de Felipe VI, que prefirió que le acompañase donde antes su padre tenía un cuadro de Felipe I de Parma.

Cierran el discurso del Rey una serie de imágenes, enlazadas mientras suena el himno de España, con algunas de las actividades institucionales realizadas este año por los Reyes.

Las fotografías se corresponden con el acto de apertura solemne de la legislatura; una visita a una fábrica, donde el monarca posa con un grupo de trabajadores; la calurosa acogida que los valencianos dispensaron a los Reyes en su reciente visita a esa Comunidad; una instantánea junto a dos hilanderas de la comarca asturiana de los Oscos y, por último, la felicitación navideña de este año, en la que los Reyes posan junto a sus hijas en los jardines de Zarzuela.
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