Al principio del acto se dio lectura a un manifiesto en defensa de la tauromaquia, antes de las ofrendas de flores ante las estatuas del propio Dámaso y de Chicuelo II. También se rindió homenaje a dos toreros recientemente fallecidos, Antonio Rojas y Manuel Amador, ambos muy vinculados a la Escuela Taurina, cuyos alumnos recibieron diversas distinciones.
Manuel Serrano se refirió a la Escuela como “nuestro vivero de toreros y nuestra gran apuesta por el futuro de la fiesta, en esta tierra de toreros que es Albacete”, y animó a los alumnos a “tomar ejemplo de los toreros que hoy hemos homenajeado, que nos dieron lecciones en el ruedo y también nos dieron lecciones de vida, porque fueron grandes toreros y grandes personas”.
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