Aprobación tras un debate de investidura que en su segunda sesión de este jueves el ya reelegido presidente regional ha solventado por la vía rápida, ya que ha optado por dar réplica a los grupos parlamentarios que le han precedido en el uso de la palabra en un sólo turno de intervención, en lugar de individualizar sus respuestas.
Así, en su turno para cerrar del debate, el presidente castellanomanchego ha mostrado su "honra personal" por ser reelegido, al tiempo que ha subrayado que es un político "vocacional" y que no va a pedir perdón por dedicarse "a esto con honra y honestamente".
"Puede parecer que no tiene importancia pero llevo ocho años de presidente y si la Cámara me avala estaré otros cuatro sin que nadie pueda plantearme ni una sola mota de corrupción", ha puesto en valor el jefe del Ejecutivo autonómico.
García-Page, consciente de que los próximos cuatro años van a depender en la región de los diputados que forman parte de las Cortes en la actual legislatura, ha hecho una llamada al respeto. "Manejamos miles de millones de euros y somos un parte del Estado español", ha advertido.
Es por ello por lo que ha puesto en valor que Castilla-La Mancha va a gozar de una situación de normalidad en comparación al resto del país. "Aquí no va a haber dudas y esta a va ser una región cierta y llena de certidumbres. Tenemos muy claro el rumbo, los objetivos y cuál es nuestra obligación primordial: Defender los intereses de esta tierra".
También ha solicitado al PP y al Vox que no hagan "un afeamiento" de lo que Castilla-La Mancha significa como región y que hablen bien de ella si tener "un sentido acomplejado". "Lo único que les pido es que hablen bien de la región, de sus posibilidades y también de su realidad".
Finalmente, se ha mostrado convencido de que dentro de cuatro años, con su programa, el gobierno que va a formar y la gente a la que "pedirá ayuda", habrá en la Comunidad Autónoma "más empresas, más empleo, más sanidad, más educación, más prestaciones sociales y más igualdad".
"Quiero cambiar esta tierra con serenidad y sin aspavientos", ha manifestado, para señalar que para ello él mismo no va a cambiar sus principios, su opinión ni sus fundamentos, con el fin de mantenerse en una posición "lo más coherente posible" para que "todo evolucione en positivo".
TERCER MANDATO
García-Page se enfrenta ahora a su tercer mandato al frente del Ejecutivo autonómico, el segundo con mayoría absoluta.
Será el próximo sábado cuando tenga lugar el acto oficial de toma de posesión, y está previsto que la próxima semana García-Page nombre a su nuevo gobierno.
El presidente castellanomanchego recuperó en 2015 el gobierno para los socialistas pese a ser segunda fuerza política tras el Partido Popular de María Dolores de Cospedal, pero un pacto con Podemos, que prestó el voto de sus dos diputados, le aupó al Palacio de Fuensalida.
En el siguiente convite electoral, en 2019, el PSOE de García-Page consiguió una holgada mayoría absoluta al lograr 19 de los 33 diputados en juego; mientras que en las pasadas elecciones redujo su ventaja y se quedó con 17, justo los suficientes como para seguir gobernando con mayoría.
Pese a su amplia victoria, apenas mil votos de diferencia con el Partido Popular en la provincia de Ciudad Real estuvieron apunto de decantar la balanza hacia un gobierno formado por PP y Vox, pero García-Page terminó por aguantar el bastón de mando, erigiéndose como único líder socialista junto al asturiano Adrián Barbón que lo hará en una autonomía con mayoría absoluta, en un mapa político en el que el PSOE ha perdido regiones como Comunidad Valenciana, Aragón, La Rioja o Extremadura.
RETOS DE LEGISLATURA
El primero de los retos ya verbalizado por el presidente autonómico es afrontar por la vía del consenso una reforma del Estatuto de Autonomía que, entre otros asuntos, sirva para retocar la ley electoral y ampliar el número de diputados que representan a los ciudadanos de la región en el Parlamento regional.
El desarrollo de las renovables, apuntalar la región como nodo logístico, seguir ampliando derechos en materia de igualdad, luchar por una mejor financiación autonómica y continuar con una agenda de diálogo social y congelación de impuestos son algunos de los grandes caballos de batalla que, según ha dicho García-Page, defenderá a lo largo de esta legislatura.