Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron durante el mes de septiembre de 2018, cuando el acusado, D.R.M., le compró un teléfono móvil a la sobrina de su pareja sentimental, B., que entonces tenía 12 años, sin que lo supiera su madre, A.
Así, durante ese mes, el procesado quedó con la menor para darle el móvil y dos tarjetas SIM, una a nombre de él mismo y, posteriormente, otra a otro nombre.
En octubre, el acusado comenzó a hablarle a la menor por Instagram y Whatsapp, pidiéndole un vídeo masturbándose, a lo que la chica se negó.
Aun así, ambos intercambiaron fotos y vídeos de sus genitales.
El 26 de octubre, D.R.M. solicitó una videollamada con la menor, y cuando ésta accedió, el acusado se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse, momento en el que B. colgó la llamada. Días después, el 30 de ese mismo mes, la madre y la menor denunciaron lo sucedido.
Hechos que la Fiscalía considera que son constitutivos de un delito de corrupción de menores por el que le piden cinco años y medio de prisión, además de la inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión que conlleve contacto con menores durante 11 años.
Asimismo, se le prohíbe aproximarse a B. a menos de 500 metros durante 11 años.
El Ministerio Fiscal también le acusa de un delito de exhibicionismo por el que le piden 10 meses de prisión, así como la prohibición de aproximarse a la menor a menos de 500 metros durante 2 años y la inhabilitación para trabajar con menores durante 4 años y 10 meses.
También se impondrá la medida de libertad vigilada durante 8 años, y D.R.M. deberá indemnizar a B. en la cantidad de 6.000 euros por los daños morales.
Si (
No(
