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Gestos, miradas, anécdotas y suspense en la toma de posesión del alcalde de Albacete
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Gestos, miradas, anécdotas y suspense en la toma de posesión del alcalde de Albacete

Por Domingo Martínez
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lunes 17 de junio de 2019, 09:22h

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El juramento o promesa de los 27 concejales y la toma de posesión de Vicente Casañ como alcalde de Albacete, no fue tan bonita como algunos quisieron ver.

Empezamos por la firma del acuerdo entre Ciudadanos y PSOE, a las 11 de la mañana en la sala de enfrente del salón de Plenos, donde una hora más tarde, tomarían posesión los concejales y concejalas de la nueva corporación.

A la firma del documento asisten los dos candidatos de los partidos firmantes, Casañ y Sáez, pero con una diferencia importante. Mientras al socialista le acompañan parte de sus concejales y se sientan en la mesa para la firma y las fotos, al candidato de Ciudadanos no le acompañó ninguno de sus cuatro compañeros concejales. Estaba Carmen Picazo, y el enviado desde Madrid para la negociación, Carlos Cuadrado, pero no los concejales.

Me pareció extraño porque además el despacho del grupo de Ciudadanos en el Ayuntamiento, está enfrente de la sala de la firma, a dos escasos metros. Nadie sabía decir el motivo, pero más de uno se percató de la ausencia. Ante mi insistencia, alguien me dijo, “no quieren estar en la foto de la firma del acuerdo con el PSOE”. Me pareció extraño, pero al insistir me encontré con la misma respuesta.

La noche electoral mientras se celebraba el haber obtenido cinco concejales y los dos partidos de la oposición habían conseguido nueve cada uno, en Ciudadanos decían “con el PSOE, no. Con el PSOE, no”. Días después, algún concejal seguía diciendo que “el acuerdo no será con el PSOE”. Pero claro, viniendo esto de Ciudadanos, no es creíble. Da igual que lo digan los jefes desde Madrid, desde la región, desde las agrupaciones locales, da igual. Como dice mi amigo Pedro, “los de Ciudadanos cada día dicen una cosa y hacen la contraria, pero empezando por el “jefe” Rivera y terminando por los pueblos donde han hecho lo que han querido y ni si quiera han respetado los acuerdos previos”.

Volviendo al tema de la toma de posesión, algunos socialistas también se preguntaban por el motivo de la ausencia de los cuatro concejales naranjas en la firma, y llegaron a comentar que “hasta que no se termine la votación en el Pleno, todo es posible”.

Y con estos ingredientes, había suspense. Si. Comenzó la votación y entre la gente del PSOE se contaban los votos con interés. Llegados a los doce votos a Casañ, respiraban más tranquilos, pero el desahogo, se notó y se escuchó en el salón de Plenos, llegó cuando se contabilizaron los catorce que daban la mayoría. Había quien no descartaba la sorpresa por parte de “algún concejal de Ciudadanos” puesto que se rumoreó el día anterior que “hay dos concejales que no están convencidos del acuerdo con el PSOE y han estado diciendo que no aceptarían”.

Luego en la toma de posesión como concejales y concejalas, la anécdota de Vicente Casañ que juro antes como alcalde que, como concejal, no pasa de una equivocación, sin más. Pero en mi opinión, el nuevo alcalde cometió varios errores que de persistir en su actitud le pueden dar algún disgusto.

En su discurso ya como alcalde, no estuvo a la altura que se espera de quien que es el alcalde de Albacete. Discurso de andar por casa, etéreo, sin profundidad, vacío. Y pasando de puntillas por el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos que lo han situado en el sillón de mando, pasando por alto este dato más que importante. Y luego ya, lo que faltaba. En su flojo discurso habló de que “ahora si tendremos un nuevo Hospital en Albacete” y miró con descaro, arrogancia y énfasis en sus palabras, a Emilio Sáez, “su socio” con el que acababa de firmar el acuerdo por el que es alcalde de Albacete. Estaba acusando a los socialistas de que el Hospital de Albacete no está hecho por su culpa.

Y lo dice ahora que lo han hecho alcalde con los nueve votos del PSOE. Pero no se acordó de que la paralización de las obras fue “obra de Cospedal”, que mientras ella decidia parar la construcción, él trabajaba en la “tele Cospedal” en ese momento.

Su mal gesto, que repitió varias veces en su discurso. No gustó entre los socialistas presentes y comenzaron los comentarios en voz baja “si ya lo decía yo, este no es de fiar. Ya veremos si llegamos a los dos primeros años del acuerdo”.

Pero, además, Casañ, hablaba como si ahora tendremos un nuevo hospital por él. Ahora que sabe que es imparable y que se han salvado todos los escollos y que está en marcha la inversión, la obra y todo lo que lleva consigo. Pero el gesto estuvo muy, muy feo con sus “nuevos socios” en el Ayuntamiento que lo han hecho alcalde. Salvo que crea que es un milagro, que con cinco concejales se consigue la alcaldía en un Pleno donde hay veintisiete concejales y concejalas. Decir que la base del acuerdo con el PSOE, es el nuevo Hospital de Albacete, es una excusa que nadie se cree. Y que "el PSOE ha asumido las políticas" de su partido, es otra barbaridad. Será que ambos partidos han asumido los planteamientos de la otra parte.

Yo entiendo que Casañ no “piensa en PSOE”. Eso lo sabemos. Él es un “hombre PP” como demuestra su trayectoria profesional, los medios donde ha trabajado, los editoriales que hacía “poniendo a parir siempre el PSOE”. O los amigos del PP, que compartía con el que entonces era su amigo “del alma”, Manuel Serrano, ahora menos amigo. Esto no es opinable o discutible. Es realidad.

Cada uno en su vida trabaja donde quiere, se junta con quien quiere, celebra los triunfos con quien quiere, pero como alcalde de Albacete, debe tener en cuenta que es alcalde de todos los albaceteños. Que puede “pensar en PP”, pero ahora ha demostrado que, aunque se cabeza “esté en otro sitio”, “su bolsillo está con el PSOE”. Y no es de recibo empezar con esos gestos acusadores a los que tienen “casi el doble de concejales que él y que, gracias al acuerdo firmado con el PSOE, le han situado en el sillón de mando”.

Y por supuesto esta opinión o critica, es constructiva, es una opinión que seguro alguien la ha hecho saber ya desde el sábado pasado a Vicente Casañ. Y por si no lo sabe bien, en el PSOE, ha sentado mal. No solo entre los presentes, también entre quienes no estaban allí, pero lo saben.

La cara de Emilio Sáez, “su socio” era todo un poema y entre los concejales y concejalas del PSOE, “no daban crédito”. Mientras, en el PP, sonreían y al término de la sesión, uno de los concejales, manteniendo la sonrisa, me aseguraba “se va a enterar el PSOE de quienes son estos de Ciudadanos, y especialmente Vicente”.

Este que suscribe, que es el que opina, considera que Vicente puede ser un buen alcalde de Albacete, es una persona inteligente, con muchos recursos en posibles negociaciones, con facilidad de palabra, pero tiene mucho que aprender en política. Nadie nace enseñado, pero tiene que dejarse aconsejar por quienes tengan experiencia, y acertar en la composición de “su equipo de trabajo más cercano”.

Ciudadanos en el Ayuntamiento necesita aprender a marchas forzadas y si deja que “su socio del PSOE” le aconseje y trabajan codo a codo, “ese aprendizaje será rápido y positivo”.

Un dato más. Al término de la toma de posesión del alcalde, y finalizado el primer Pleno de esta corporación, los gabinetes de los partidos políticos enviaron a los medios de comunicación las palabras de sus portavoces. El primer gabinete en ofrecer las fotos de su grupo y las palabras de su portavoz, fue el gabinete del PSOE, que lo hizo a las 14,21 minutos del mismo sábado. Casi al mismo tiempo lo enviaba el gabinete del PP, con fotos y texto, igualmente, fue a las 14,26 minutos. Solo cinco minutos de diferencia entre los dos gabinetes. La nota –muy pobre- del gabinete de Ciudadanos llegó a las 19,45 de la tarde. Casi cinco horas y media más tarde que PSOE y PP. Y eso que era para informar que su partido tiene un alcalde por primera vez en la historia. Pero el día anterior si habían tenido tiempo de filtrar un par de cosas “a medios amigos”.

Todo esto suponemos que se corregirá por el bien de todos. Especialmente por el nuevo alcalde y su equipo de gobierno.

Y por si faltaba algo, al primer acto que se celebraba en la ciudad, un acto de la Federación de Vecinos, el mismo día por la tarde, no asistió Vicente Casañ, el recién elegido alcalde. Si estuvo “su socio” el vicealcalde y teniente de alcalde, Emilio Sáez. Además de concejales de los grupos políticos. Puede que luego digan que “tendría otro acto”, pero que se sepa, no se ha hecho público.

Vicente Casañ debe saber que es alcalde de Albacete “las 24 horas”. Que no es alcalde solo hasta las 6 de la tarde, o hasta las 8. O de lunes a viernes. “Es alcalde todo el día y toda la noche”. No vaya a pasarle como a Javier Cuenca que el primer año y medio de mandato se dedicaba “las 24 horas”, y después solo hasta las 7 de la tarde y de lunes a viernes. Los fines de semana no asistía casi a los actos. Viajaba a Madrid a ver a la familia, y en espera de un cargo que “Cospedal no cumplió”. Esto le enfrentó a su partido, llegaron los enfados, las discrepancias y la dimisión “por enfado y enfrentamiento”.

Es de esperar que Vicente no haga lo mismo. Seguro que Emilio Sáez, no levantará el pie del acelerador. Tampoco le voy a decir que le pregunte a su examigo y exalcalde, Manuel Serrano, que, en su etapa de alcalde, “ha asistido a todo lo que le permitía el tiempo. Mañana, tarde y noche”.

Por cierto, hablando de Manuel Serrano, pronunció un discurso preparado, con datos, con contenido. Bastante bueno. Recordando cosas que se han hecho, y muchas de las iniciativas que están en marcha y que han sido puestas por su etapa de gobierno en el Ayuntamiento. Se le vio con muchas tablas. Dolido, pero estuvo en su papel de “jefe de la oposición” a partir de ahora.

Y por seguir con los discursos, el del socialista Emilio Sáez, fue muy bueno, interesante, con pretensiones de hacer cosas, con contenido. Con alguna alusión a la etapa anterior de cierta “parálisis”, pero sin hacer sangre. Ofreció consenso para las cosas importantes de la ciudad. Y recordó varias veces el motivo del acuerdo con Ciudadanos.

Ah, y antes de terminar. Al tomar posesión los veintisiete concejales y concejalas, eran aplaudidos por familiares, compañeros y amigos. El aplauso más sonoro y cerrado, fue el que recibió la concejala del PP, Llanos Navarro. Incluso desde las filas socialistas le aplaudieron. Enhorabuena. Eso significa que se le reconoce el buen talante y la relación personal.

Hubo más gestos, más miradas y anécdotas, pero seguro que tendremos tiempo de recordarlas.

Por otro lado, y fuera del Pleno del Ayuntamiento. ¿Pedirá el PSOE explicaciones a Ciudadanos porque en más de media docena de pueblos de la región, se han saltado el acuerdo firmado?

¿Tomará medidas Ciudadanos con los “traidores políticos” de los pueblos donde no les han hecho ni caso?.

¿Queda claro con todo esto que Carmen Picazo, y Alejandro Ruíz, no “controlan” el partido naranja en esta región?. Por lo visto y demostrado, si, queda claro.

Si nos lo cuentan, se lo contaremos.

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